Alan Turing, el matemático que ayudó a poner fin a la Segunda Guerra Mundial

Cuando se habla de la Segunda Guerra Mundial muy pocos recuerdan el papel de aquellos héroes que no estuvieron presentes en el campo de batalla pero que, de un modo u otro, pusieron su granito de arena para acabar con el devastador conflicto que se llevó la vida de millones y millones de personas. Si enumeramos a estos héroes en la sombra no tardará en aparecer el nombre de Alan Turing, un hombre que es considerado por muchos como un pilar básico en la informática moderna y cuyas hazañas tuvieron un papel más que fundamental a la hora de lograr que la Segunda Guerra Mundial llegara a su fin.
Turing nació en Londres a mediados de 1912 y desde muy pequeño fue un auténtico apasionado de las matemáticas, la criptografía y la filosofía, y a medida que iba creciendo se interesó por la computación, algo que a lo largo de esos años comenzaba a ganar notoriedad y gracias a lo cual lograría descifrar diferentes tácticas de guerra de la Alemania nazi.

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Turing y su interés por la inteligencia artificial

Siendo un gran amante de la inteligencia artificial, Alan Turing es mundialmente conocido por la concepción del Test de Turing, una prueba mediante la cual se busca identificar a una máquina frente a un ser humano basándose en las respuestas que esta puede emitir.
Fue gracias a su interés por la inteligencia artificial que Alan pudo desarrollar ‘La máquina de Turing’, gracias a la cual se lograron interceptar y descifrar los mensajes en clave que los miembros de las potencias del eje se transmitían a largas distancias.

La máquina de Turing

Usando la máquina de Turing se pueden manipular diferentes símbolos en una tira de cinta en base a una tabla de reglas. Además, también es capaz de simular la lógica de un algoritmo de computador sea cual sea y explicar las funciones de la unidad de procesamiento central.
Mediante un algoritmo, la máquina de Turing no sólo era capaz de resolver cualquier operación matemática sino que, con ella, se pudieron descifrar los códigos mediante los cuales los nazis se comunicaban entre sí, algo vital para interceptar cualquiera de sus ataques.
A día de hoy, La máquina de Turing ha llegado a convertirse en uno de los pilares fundamentales en el estudio de la teoría de la computación.

Descifrando Enigma

La máquina Enigma (patentada en Alemania por Scherbius & Ritter) fue un objeto clave para la Armada alemana, quien le dio un papel fundamental durante la guerra al utilizarla para descifrar y cifrar códigos que funcionaban como un método de comunicación entre ellos. De este modo, podían enviarse toda clase de mensajes e indicaciones sin temor alguno de que sus mensajes fueran interceptados y descifrados por las fuerzas opositoras.
A principio de los años 30, los polacos lograron interceptar una de estas máquinas y, tras crear una réplica exacta, comenzaron a intuir el funcionamiento y objetivo principal de Enigma, algo que fue fundamental en el desarrollo de la Segunda Guerra mundial.
Diferentes expertos en las matemáticas y la criptografía juntaron sus fuerzas para enfrentarse a Enigma y a todas sus variaciones con el fin de romper la barrera que les impedía descifrar sus códigos.

Su importante papel en la Segunda Guerra Mundial

La participación de Alan Turing y de otras muchas personas que formaron parte del descifrado de Enigma fue uno de los motivos de más peso por los que los Aliados ganaron la Segunda Guerra Mundial. El hecho de poder interceptar y adelantarse a cualquier ataque alemán sigue siendo digno de admiración tras décadas del fin de la guerra, sin embargo, no fue hasta los años 60 que se supo la verdad en torno a todo lo relacionado con la Máquina de Turing y todo lo que supuso para la victoria de los Aliados.

El triste final de Alan Turing

Después de que su labor en la Segunda Guerra Mundial hubo concluido, la orientación sexual de Alan Turing fue descubierta y le obligaron a someterse a diferentes y duros tratamientos para ‘curar’ su homosexualidad. Algo que, muy probablemente, le acarreó serios problemas mentales que, finalmente, acabaron llevándole al suicidio.
Sin ser reconocido en su día como realmente merecía serlo, Alan Turing no sólo es considerado por muchos como el Padre de la informática moderna, sino uno de los héroes gracias a los cuales se logró derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Max