En multitud de películas y series de ciencia ficción como La Mosca (1986) o Dragon Ball (1984) hemos visto como los protagonistas, acuciados por la falta de tiempo para solucionar un problema de dimensiones galácticas, deciden teletransportarse de un lugar a otro al instante y sin sufrir un solo rasguño. Dentro de la ciencia ficción este concepto es algo habitual pero, ¿y en la vida real? ¿Llegará alguna vez el día en el que podamos transportarnos de un lugar a otro en cuestión de segundos?
Desde luego, la ciencia lleva trabajando en ello mucho tiempo, aunque por ahora los resultados no son demasiado halagüeños. Evidentemente, este sistema de teletransportación se ensayaría primero con objetos y seguramente más tarde con animales, hasta entender al cien por cien que no hay peligro para la vida humana al llevarlo a cabo. Porque técnicamente, lo que se hace no es transportar unas células a otro sitio, sino descomponer un organismo y recomponerlo en el destino…
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¿Será posible la teletransportación cuántica algún día?
La teletransportación cuántica ya existe, de hecho, aunque se lleva a cabo simplemente con moléculas, desintegrándolas y reintegrándolas en el destino a base de copiar su base de fotones y electrones. Esto es algo relativamente factible a esos niveles, pero de ahí a teletransportar objetos o seres vivos va un gran trecho. Las investigaciones, sin embargo, parecen ir por buen camino, aunque las mejores expectativas hablan de muchas décadas de pruebas hasta que se consiga teletransportar por primera vez a un ser humano, sobre todo teniendo en cuenta que la seguridad debe ser total y absoluta para que esa persona no sufra ningún daño.
¿Qué problemas se topa la ciencia ante la teletransportación cuántica?
Principalmente, el transporte de moléculas y células de un lado a otro del espacio parece complicado, así que la ciencia se ha centrado en conseguir destruir a nivel cuántico una molécula para recrearla al mismo nivel, con las mismas y exactas capacidades, en otro destino. Las máquinas de teletransporte trabajarían de una manera muy parecida a un fax, realizando una copia exacta de ese organismo en otro sitio diferente. Esto significa que ya no sería el organismo original sino una copia, exactamente igual sí, pero que no deja de ser una copia. Todo se mueve a nivel molecular y físico pero, ¿qué pasa con la parte del ser humano más “espiritual”?
¿Qué es el estado entrelazado de dos partículas?
El entrelazamiento de partículas denomina al estado en el que dos partículas diferentes se unen de forma inseparable para entrelazarse, de modo que lo que ocurra a una le ocurrirá invariablemente también a la otra. Este concepto es importante dentro de la teletransportación, porque a nivel cuántico, ésta se ha conseguido con partículas gracias a que se ha implementado una nueva partícula a alguna de las dos que ya estaba entrelazada, formando un “trío” en lugar de un dúo, y realizando el teletransporte en base a esa unión. Se ha conseguido a esos niveles pero se necesitan unos cálculos muy complejos y avanzados para saber, sin poder ver las partículas, si el entrelazamiento ha tenido éxito o no.
La teletransportación y los ordenadores
Una cosa es mover partículas de un lado a otro, y otra muy diferente conseguir que la información se mueva casi al instante. Eso es lo que consigue la teleportación cuántica con este tipo de ordenadores, máquinas superpotentes que permiten crear una red de comunicación indescifrable y que está conectada al instante entre sí en lugares muy remotos. Las posibilidades son enormes y gracias a esto, los superordenadores cuánticos son capaces de realizar más y mejores cálculos, lo que hará que trabajen mejor en los siguientes retos científicos. ¿Se teletransporta la información a día de hoy? Así lo podríamos afirmar.