Insuficiencia respiratoria, causas y tratamientos

Cuando los científicos estudian las condiciones que han permitido que se desarrolle la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta, siempre inciden en el milagro que ha supuesto nuestra ubicación, en el lugar perfecto con respecto al Sol para recibir su calor pero no achicharrarnos con él, y en la creación de una atmósfera que a la vez nos protege de esos rayos solares, y nos permite respirar un aire medianamente puro, para poder metabolizarlo  y seguir viviendo. De hecho, esta última condición es la más complicada de encontrar en un planeta, ya que hay muy pocos que se parezcan a la Tierra en ese sentido, y por ahora, el ser humano necesita obligatoriamente de ese tipo de atmósfera para poder respirar.

Sin embargo, por diferentes problemas hereditarios o asumidos durante nuestra infancia y adolescencia, hay personas que también tienen problemas mayúsculos para metabolizar ese oxígeno que nos permite vivir y desarrollarnos. Se llama insuficiencia respiratoria a esa enfermedad por la cual el organismo no es capaz de llevar a cabo una metabolización adecuada del aire, ya sea porque no tiene el suficiente oxígeno, ya sea porque le sobra dióxido de carbono. Es un problema que puede llegar a agravarse con el tiempo y normalmente se entiende como crónico, así que cualquier persona que lo sufra debe vivir con ello, viendo en ocasiones su vida bastante limitada por culpa de este trastorno.

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En qué consiste

Hay quien entiende que la insuficiencia respiratoria o pulmonar es el último estadio de un proceso largo por el cual el organismo pierde la capacidad de metabolizar correctamente el aire que respira, extrayendo el oxígeno y dejando marchar el dióxido de carbono. Esto puede suceder por la insuficiencia en nuestro sistema respiratorio, que haya quedado dañado a través del tiempo, por la poca consistencia de los músculos como el diafragma, que nos permite llevar a cabo una respiración constante, o por problema y síndromes que se dan de manera espontánea y fulminante, impidiendo que nuestro cuerpo pueda disponer de todo el oxígeno que necesita, tanto para nuestra propia respiración como para nuestro cerebro, nuestros órganos, etc… Es indispensable que nuestros niveles de oxígeno sean adecuados.

Factores que la causan

Como decimos, hay muchos expertos que consideran que la insuficiencia pulmonar es más bien una consecuencia última de una serie de problemas que afectan directamente a nuestra respiración. Desde el hipotiroidismo a la apnea del sueño, que nos limitan físicamente nuestra capacidad para inhalar y exhalar de manera correcta, pasando por problemas en nuestros pulmones que provocarán que aunque nos llegue el aire necesario, no podamos convertirlo en oxígeno y aprovechar esa parte de su contenido. Las causas son múltiples y van desde lo físico hasta lo pulmonar, pero en todos los casos el resultado es el mismo: incapacidad para respirar correctamente o para metabolizar adecuadamente el oxígeno, uno de los problemas más graves que podemos sufrir porque hay pocas sustancias tan importantes para nosotros como esa.

Pacientes de riesgo

Cualquier problema que pueda sufrir nuestro aparato respiratorio puede generar un riesgo especial en este tipo de dolencia. Hablamos, por ejemplo, de los fumadores, que dañan con su hábito a sus pulmones y pueden llegar incluso a crearse cánceres que provoquen precisamente esa insuficiencia respiratoria. También hablamos de personas con trastornos respiratorios ya asumidos, como el asma. En muchas ocasiones, de hecho, este tipo de trastornos son realmente hereditarios y se tienen que tratar desde la más tierna infancia, aunque la insuficiencia respiratoria seguramente llegue a una edad mucho más avanzada. Los pacientes que sufren este tipo de enfermedades deben tener especial cuidado para evitar llegar a ese punto, porque en su caso la insuficiencia respiratoria se puede convertir en aguda y eso genera muchos más problemas.

Síntomas y tratamientos

El síntoma más importante de este trastorno son los problemas para respirar de una manera normal, algo que se notará enseguida en cualquier persona que la sufre. A veces se llega a demostrar el trastorno a través de un análisis de sangre donde se comprueban los bajos niveles en oxígeno, o los altos en dióxido de carbono. Esto ya da una idea de que el problema está ahí, pero también hay que descubrir dónde se genera. Si la insuficiencia respiratoria llega a ser más grave, la coloración de la piel se puede ver afectada y pasar a un tono azul, e incluso la necesidad de contar con un respirador asistido, para esas personas que estén sufriendo una crisis en esos momentos. Al ser una causa de otra enfermedad, ese otro trastorno también debe ser tratado para evitarlo en la medida de lo posible y así acabar también con este problema respiratorio.

Max